Naranja de día, me choca cansado y ciego, palpando el aire y el silencio. Cómo hago para comunicarte esta emoción? La unión de ciertas cosas conocidas de distintos lugares: la brisa cálida de casa, el naranja de otra casa, el fresco de casa, de otra casa, mis vínculos de casa, de otra casa.
Nuevo, soy nuevo. Más, un poco más que antes, sin nada que decir y con mucho que escribir.
Me ahoga el corazón y la cara, no me lo puedo despegar. Me encuentro roto y desparramado por todas partes, alegre. Camino sutilmente, de puntitas. Una pata, la otra pata, una pata, la otra pata.
¿Nunca te paso que un día te sentís en otro mundo? En contacto con la realidad pero en otro mundo. Estás más allá y te sentís viviendo otra cotidianeidad. No es el espacio, no es la muerte, ni el nirvana. Es una realidad detrás de la nuca, con el pelo suelto. Una liviana y transparente luz acuática. Justamente ahora no estoy ahí, por eso la distingo bien, su figura y sus contornos. Obviamente es una mujer, todo es una mujer, no hay que perseguirse mucho al respecto.
Me baje de un hondazo. Lo que escribí un día, alegre, hoy lo rompo un poquito, para traerlo a la realidad. Hacerlo imperfecto; así es bello. Imperfecto, oscuro con sombras, quizás alguna mancha, como yo, como vos. Tema tan cliché no? Una mujer. Todos hablan de una mujer, de la mujer. Pues no busco ser original, poco me importa. Y es que me mueve la angustia de escribir, por una mujer, por la mujer.
Quieta, me espera, paciente, tal vez ya me pasó, ya me sufrió y me dejó, y no me di cuenta. Atolondrado todavía al encuentro con la piel, al enfoque de mi mirada, que no controlo: te recorre, conoce todas tus vueltas, por lo menos las de la superficie. Está con hambre, quiere más. Sigue la fórmula de mis palabras: coma, coma, punto seguido; coma, coma, coma, punto seguido; coma, punto aparte. Es mi martillo: la herramienta que conozco para atacarte (a vos, al hielo, al fuego). Como tal, pifia la más de las veces, cuando le pega salen los mejores tereres. Mejor que conozcas el tereré, sino vamos mal. Mejor no vamos a ninguna parte.
Capaz sea escribir el espacio, subiendo, en el espacio. La oscuridad, sin masa, palpando el aire alrededor. Bajás repentinamente para detenerte en el medio y andar hacia adelante. Otra vez encontrándome con el naranja. Es como viajar muy rápido y muy lento al mismo tiempo. Ves a todos desde arriba, ves todo desde arriba, pequeño, casi indistinguible en el todo, sintiéndolo conectado. Y vos afuera, arriba, sin tocar pero sintiendo. El corazón te vuelve cuando termina la canción y seguís con tu vida, sin más ni más.
A partir de acá es racional, y no es la misma canción. Me distraigo, descreo de donde estoy. Me molesto imaginando cosas, dejo de ser lo que debería completar en las hojas para pescar un segundo de voz, de voces. Agarro lo que puedo y mando lo primero que se me ocurre, casi todo llega a buen puerto. Lo que no, no importa, rellena el aire igual y es divertido. Por un segundo soy una estrella, y te veo brillar conmigo, como aquella noche oscura, oscurísima, indescriptible vista de la vía láctea, aquél que la vio en toda su expresión sabrá a lo que me refiero. Una oscuridad completa, sin embargo los millones y millones de estrellas están ahí, y los ves, penetran la negrura de la noche, lastimando los ojos por el esfuerzo de ver tanta belleza. Así veo los buenos días. Y los malos, mejor no nos metamos.
En eso me pierdo en las risas y las confusiones; si dijiste eso, si te escuche, si me escuchaste. Acá me confundo más todavía, me confundo con las ganas de hacer cosas que no debería, o que sí, pero no ahí. Entro en la espiral y me pierdo. Si es por formas, me gustan más las líneas curvas, los garabatos, que empiezan y no terminan (muchas veces como yo), no sabés cuando van a doblar, por ahí hacen las figuras más bellas y por ahí quedan en garabatos, como este texto.
Así resumo mi día, cobrando existencia desde que empiezo a brillar.
Escritos algún día en la facultad, en alguna materia, en alguna siesta aburrida.
Belleza en la siesta vigía escondido en la verde hoja, la calidez confunde las imágenes, no importa, el tiempo me las había arrebatado y el calor me las devolvió.
Placentero; una hamaca paraguaya; paz y verde, colgando con la hoja aprehendo el momento.
Otro sin título, un poco más abajo en la hoja.
Cuesta tan poco imaginar en éstos años ¿Está realmente muerta la imaginación? ¿O es el llanto de los perezosos? El grito que la pide en bandeja de plata. Me duele pensar que ella no tenga palabra en esto Derrotemos la inercia.
No puede faltar lo que me parece es el mejor álbum musical de todos los tiempos: "Cielo e terra" de Al Di Meola. Sinceramente no tengo palabras para describirlo. Escuchalo y fijate. Para el que no sabe, el tipo es guitarrista.
Empiezo con algún texto mío, de ya hace algún tiempo atrás.
Hoy florece mi imaginación, como ayer, como siempre. Se sienta y acompaña mi vida con una palmada en la espalda. La relación más linda que tuve, la única.
Una historia corta, que empieza como mi día: perezoso y fuera de este mundo. Es un secreto, que empieza todo. Me rasco la ceja y escribo, me rasco la ceja y pienso: las ideas saltan después de la tercera rascada, sin meditar en su futuro, se abalanzan al vacio. Si tengo suerte agarro alguna y la pongo en un frasco con un cartelito. La mayoría se me va (como muchas otras cosas, partes de historias, quizá historias completas). Uno, con el tiempo, aprende a dejarlas ir, como dejar ir una imagen o un olor.
Volviendo al tema. Me persigue la duda, siempre que pienso me rasco la ceja, y siempre que me rasco la ceja saltan ideas ¿Será que es mi fuente, mi proveedora? Tímida, no asume el protagonismo, me deja toda la responsabilidad de lo bueno y malo que se le ocurre.
Así que, movido por mi ceja me voy a buscar un cacho de pan, me hago un tere –expectante, desde la primera fila disfruta todo el show, el concierto, lo verde. Pacientemente anota todo, lo guarda andá saber donde, cosas que no me doy cuenta, que pasado un tiempo, decide soltar en las más disparatadas anécdotas. Le encanta estar en todo.
La pregunta es ¿por qué se suelta cuando la rasco? Le preguntaría a ella, pero me da cosa, con lo tímida que es por ahí se apichona y no vuelve, no puedo vivir sin ella. La busco en una hoja de papel sin respuestas, mejor dicho, expreso mi angustia. Por ahí alguien me lee y se anima a preguntarle a la suya y después me cuenta que le dice. Corro el riesgo de ser irracional ¿Cómo va a ser mi ceja la de las ideas? Yo que sé, lo único que sé es que cuando me rasco se me ocurre algo. Si no es la ceja no se que será.
Siempre enfilo para otro lado (¿será la ceja?). Resulta que me estaba haciendo un tere con la pasión que me caracteriza: un tere un martillo, el amor fuego. Me como el pan, me siento tranquilo en frente de los textos mientras se moja la yerba, ella no dice nada, sólo está el silencio de la música que escucho. Leo y tomo, la mina no dice nada (seguramente lee conmigo). Llega el momento de sacar hojas, la birome, de mi angustia y mi placer, de un momento entero. Todo en su lugar como un rompecabezas de un millón de piezas, pero no pasa nada, hasta que la emoción me lleva a, como yo lo veo, llamarla, rascarme en ese lugar y en ningún otro (y mirá que me rasco en otros lugares y no suele pasar más que un placer pasajero): una, todo igual que siempre; dos, igual que todas las rascadas; tres, sigue la inercia de las primeras; la cuarta florece. Empieza la lluvia que abrazo y trato de retener. No para de contarme cosas que, la mayoría de las veces, no tienen que ver con los textos, pero ahí está.
Y no sé, te quiero, si la forma de traerte es esa, estoy contento de haberla descubierto, si no me querés contar por qué es así, por mí bien, me alegra que seas mi compañera.
Ya que presenté una joyita de Pat (One quiet night), se me ocurrió poner otra, esta vez de Miles Davis: Sketches of Spain. Una obra magistral... de la puta madre. Como no soy un gran crítico de jazz (ni lo quiero ser) no hago mucho comentario al respecto. Lo único que digo es que es una obra bellísima.
Ahora viene otro, ya sí del Pat Metheny Group, no el más grosso (Imaginary day es lo más grande que hay... ya será posteado en su momento). Es un muy buen cd, para empezar a concoer al Group está muy bien.
Pongo algo de Pat (Metheny), no porque sea el que más me gusta, sino porque cuando se me ocurrió hacer el blog lo estaba escuchando, y el tipo me acompañó en mi quehacer. One quiet night es un álbum atípico de Pat, más todavía si pensamos en su trio o el Pat Metheny Group. Una joyita de una hora de guitarra barítono (es un poco más grave que la normal y el tipo la afina en cualquier cosa... una belleza) sola. Perfecto cd para escuchar a oscuras, pero no necesariamente solo ;)
Mateando, primera entrada de uno de mis tantos intentos de creación bloggera. Sin embargo este es mío. Voy a poner cualquier cosa que me interese, cualquiera. El orden del blog va a seguir el de mi cabeza, y así va a salir. "De todo" es un poco ambicioso, pero es un poco. De todo sale, un todo exclusivo, no inclusivo, donde mis ganas son el horizonte y la fuerza vital. Escribo algunos ejes temáticos: MUSICA: Primero y principal. Es mi pasión, mi vida; COMENTARIOS Y TEXTOS VARIOS: Es el motivo del blog si se quiere, relegado por la música porque no puedo concebirlo de otra manera. Son cosas mías, boludeces y eso; TEXTOS: textos de gente grossa, todos orientados más o menos a la antropología (la disciplina que estudio); tal vez... tal vez... COCINA, todavía no sé, así que si sós cocinero/a no le pondría mucha ficha a este blog. Además, sería cocina a lo que te criaste (a lo que me crie mejor dicho). Si se me ocurre alguna categoría más aviso. Bueno, te invito a que le pegues una ojeada. Si te gusta avisame. La vitalidad del blog depende de mis ganas, y ella depende de la buena onda que reciba.